lunes, 30 de noviembre de 2009

Pensiones y depósitos: ¿Estamos a setas o estamos a Rolex?


@Vicente Varó - 30/11/2009 06:00h Fuente cotizalia.com

Imagino que ya saben el chiste de los dos vascos que están buscando setas, cuando de pronto uno encuentra un Rolex de oro y se pone a dar saltos de alegría; su compañero, al verlo, se lo quitajavascript:void(0), lo lanza a lo lejos y le increpa: ¿Qué pasa Patxi? ¿Estamos a setas o estamos a Rolex?


Me venía a la mente esto mismo esta semana cuando un usuario de Unience preguntaba a la comunidad su opinión sobre un depósito de alta rentabilidad (alta para donde están los tipos ahora) que le habían ofrecido en Bancaja. La cosa es que no era un depósito, sino un plan de pensiones que como “regalo” tenía un depósito con un poquito más de rentabilidad. Pero la publicidad destacaba el depósito.


Algo parecido me ocurrió el viernes leyendo la prensa. Encontré una publicidad a página completa (en este caso concreto fue en El País), en la que aparecía un caballero al lado de un 5% muy grande. Ese 5% lo daba un depósito de La Caixa si… contrabas el plan de pensiones PlanCaixa Doble Opción.


Las entidades financieras (he destacado La Caixa y Bancaja, pero aplica casi a cualquiera) son conscientes de la mieditis que tienen encima los ahorradores y de que, en ese contexto, los depósitos cercanos al 5% o similares los colocan como rosquillas, cuando los normales en mercado están en el 3%. Si a esto le añades el argumento “y además el plan de pensiones desgrava” la combinación comercial es perfecta para los intereses de la entidad y el producto se convierte en un superventas.


Pero desde el punto de vista del ahorrador, elegir un plan de pensiones por la rentabilidad extra que te da el depósito a un año, o por el jamón que te regala, no tiene ningún sentido. Es como si te vas a comprar una casa para vivir el resto de tu vida y te quedas con una que ni siquiera has mirado en profundidad, pero que tenía la ventaja de que el vendedor te regala la televisión. ¿No será mejor seleccionar la mejor casa al mejor precio y comprarte luego la televisión por tu lado?
Si además te paras a pensar en por qué el dueño de la casa te regala la televisión, todavía encontrarás más información. Por ejemplo, en el caso del producto de Bancaja que citaba (no tengo nada contra Bancaja y La Caixa, de hecho tengo muy buenos amigos allí, pero son los casos que he mirado), la rentabilidad extra que te da este depósito de campaña sobre lo que ofrecen otros en el mercado es casi igual a lo que vas a pagar en comisiones en los planes a los que está vinculada la oferta.


El problema en realidad es más profundo desde la óptica de la formación financiera: si el plan de pensiones es un producto para el largo plazo ¿por qué tomar la decisión de contratarlo o no en función de los intereses que te paga un depósito a un año? Y aquí, en lugar de la palabra depósito, pongan ustedes la que quieran: jamón, cafetera, vajilla…


Estas técnicas en la venta de productos financieros no ayudan a que aumente la cultura financiera de nuestro país, desde luego, ni a que los inversores tengan más dinero para la jubilación. ¿Pero cómo solucionarlo? ¿Más regulación sobre la venta de productos?


No creo en eso. La Dirección General de Seguros estaba intentando llevar a cabo una acción de este tipo, aunque me temo que ahora tendrán más preocupaciones. A esto, de todos modos, se opuso rápidamente la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco), que luego no quiere que los periodistas le llamemos patronal (¿A quién defiende: a las instituciones o a la inversión colectiva).


Como decía, en este caso concreto, no creo en más regulación, porque las entidades rápidamente encontrarían otra fórmula para colocarlos. En mi opinión, el cambio debe llegar del cliente, de la colaboración masiva, de usuarios que dan más información a otros usuarios para que éstos tomen mejores decisiones de inversión.


Así, los buenos productos cada vez atraerá más dinero y los malos se quedarán vacíos, y esto hará cambiar a las entidades, que se centrarán en ofrecer mejores productos para el cliente. Así, se evitará que publicidades con mensajes equívocos confundan al inversor sin conocimientos y que las entidades tengan que rectificarlas. No es una quimera, ya está pasando.

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