domingo, 29 de noviembre de 2009

SEGUROS DE ALTO RIESGO

Crecen las reclamaciones contra los derivados que se vendieron para blindar las hipotecas frente a una subida de tipos

29.11.09 - 03:47 -ANA BARANDIARAN | BILBAO. Fuente Elcorreodigital.com


«Me lo vendieron como un seguro para blindar mi hipoteca frente a las subidas de los tipos de interés, de forma que nunca iba a pagar más del 6,35%. Pero en realidad era un derivado financiero de alto riesgo que, desde que el euribor empezó a bajar, me obliga a pagar 500 euros al mes además de la cuota hipotecaria. Es un abuso. Y cancelarlo me cuesta más de 12.000». La historia de la vizcaína Leire Hidalgo es muy similar a la de los miles de afectados por los denominados 'swaps', unos productos muy sofisticados, más propios de inversores profesionales, que han sido comercializados por prácticamente todas las entidades financieras bajo distintos nombres -clips, intercambio tipos/cuota, permuta financiera, cuota segura...- y que han dejado entrampados tanto a hogares como a pymes.
Son productos legales, pero las asociaciones de consumidores denuncian que han sido colocados con «engaño», sin las suficientes explicaciones sobre los peligros que entrañan, ya que se vuelven en contra del cliente cuando bajan los tipos de interés. «Yo lo contraté a mediados de 2008, cuando el euribor seguía al alza. Me dijeron que gracias a ese seguro me cubría frente a futuras subidas. Cuando pregunté qué pasaba si bajaba, me contestaron que eso no era probable y que, en cualquier caso, podía cancelarlo y punto», relata Ricardo Lira, de Barakaldo. El problema es que, con la crisis, el euribor no es que haya caído; es que se ha desplomado. Después de tocar su techo del 5,39% en julio de 2008, se ha deslizado por una pendiente hasta el mínimo del 1,24% que marcó en octubre.
En general, todos los afectados consultados cuentan la misma historia. Que cuando los tipos de interés subían, el producto apenas les aportaba beneficios pero que, al bajar, les acarrea importantes pérdidas. Que al vendérselos, el empleado del banco les aseguró que era una gran oportunidad y que se los ofrecían por ser buenos clientes. Otro rasgo común es el relacionado con el coste de cancelación: se les garantizó que era nulo o mínimo.
Pese a las coincidencias en las reclamaciones, las resoluciones del Banco de España y las sentencias de los tribunales son contradictorias: unas dan la razón al denunciante y otras a la entidad. Discordancias de las que no se han librado los afectados vascos. Habla 'Marki' -es su 'nick' en uno de los múltiples foros contra los 'swaps' que proliferan en Internet-, que ha conseguido un dictamen a su favor por parte del supervisor financiero: «Concluye que la información sobre el coste de cancelación, que a mí me habían dicho que era cero, presentaba claras deficiencias». Sin embargo, Bankinter, que es la entidad con la que lo contrató, ha desoído el fallo y sigue exigiéndole los pagos. «Tampoco cuando los pronunciamientos van en contra de los usuarios ellos desisten de emprender acciones legales», argumentan en el banco.
Contradicciones
En cambio Eva Ruiz, que también contrató un 'clip' con esa misma entidad, no ha logrado el aval del Banco de España. Lo firmó en marzo de 2007 y en junio de ese año se llevó la hipoteca a otro banco. Pidió entonces cancelar el derivado pero asegura que no le dejaron. Anular el producto en ese momento le hubiera beneficiado y ahora le cuesta más de 7.000 euros. Pero no tiene ninguna prueba escrita de aquella conversación, por lo que el supervisor financiero no le da ninguna validez y resuelve en su contra.
En los tribunales también hay diversidad de opiniones. En Euskadi, la Audiencia Provincial de Álava dio la razón a la empresa vitoriana Piezas y Conjuntos Industriales en su demanda por un derivado para blindarse contra las fluctuaciones en el cambio de divisas por incluir «cláusulas oscuras». Pero hay sentencias en sentido contrario como la del juzgado número 1 de Porriño (Pontevedra), que desestima la demanda presentada por las empresas Royal Turismo y Viajes Melitour que alegaron, entre otras cosas, error en el consentimiento porque «ni siquiera leyeron el contrato por la confianza que les ofrecía el empleado del banco con el que negociaron».
Con estas contradicciones es imposible atisbar qué futuro les espera al aluvión de demandas previsto para diciembre contra firmas como Bankinter, Banesto o Santander. El Gobierno se lava manos. La vicepresidenta Elena Salgado, en una respuesta al senador Jordi Guillot, se limita a recordar que la Ley 36/2003 obliga a todas las entidades financieras a ofrecer a sus clientes al menos un instrumento para protegerse de las variaciones en los tipos de interés. Pero los abogados de los afectados no creen que los enrevesados 'swaps' sean la mejor fórmula para alcanzar ese objetivo. Y es que no son más que una arriesgada apuesta a favor de una subida de los tipos.
Los bancos acusan a los usuarios de protestar ahora que el producto les da pérdidas, después de haberse beneficiado de sus ventajas, algo que molesta mucho a los afectados. «Yo contraté un techo del 4,65% para mi hipoteca en junio de 2007. Mientras fue bien, me ingresaron un total de 1.300 euros en el conjunto de dos años. Ahora ya me han cargado 3.000 euros en sólo tres trimestres. Un poco descompensado, ¿no?», denuncia Alex Gómez, otro de los 'damnificados' vascos.
Las entidades que los han comercializado -casi todas lo han hecho- admiten negligencia en algunos casos, pero advierten de que también hay clientes aprovechados que quieren subirse al carro de las demandas a pesar de que contrataron los 'swaps' plenamente conscientes de sus implicaciones.

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