martes, 3 de noviembre de 2009

Un micrófono oculto aviva las suspicacias en la Agrupació Mútua


Los actuales gestores confirman sus temores de espionaje al encontrar un ingenio de gran alcance que estaba oculto bajo un falso techo en una de las 'plantas nobles' del edificio


El abogado Jordi Pina, del bufete que lleva la defensa de los expoliadores confesos del Palau de la Música, declaraba recientemente a RAC 1 que "lo que empezó como el caso Millet va camino de convertirse en el circo Millet", en alusión a su carrusel de sorpresas. Primero fue la autoinculpación del principal acusado, Fèlix Millet. Luego, las transcripciones y el vídeo íntegro de su interrogatorio judicial. Y como en los mejores circos, el circo Millet tiene varias pistas. La principal es la del Palau de la Música, pero también hay actuaciones en las otras instituciones que dirigió y cuyas cúpulas directivas se han renovado: Bankpime y la Agrupació Mútua. En esta entidad se ha producido la última –por ahora– sorpresa: un micrófono oculto.


La Agrupació Mútua, presidida por Millet hasta el pasado 10 de julio, está desde hace un mes intervenida por la dirección general de Seguros (DGS), dependiente del Ministerio de Economía, que tomó cartas en el asunto a raíz de su "déficit patrimonial" y sus "significativas irregularidades y deficiencias de control". Los actuales gestores temían que la sede de la aseguradora, en la Gran Via de les Corts Catalanes, hubiera sido escenario de espionajes electrónicos. Por ello encargaron, según la expresión que ha puesto de moda el FC Barcelona, una auditoría de seguridad.

Una compañía privada de vigilancia con oficinas en Madrid ha peinado el edificio. Descartó las primeras plantas, dedicadas a mera gestión, y se concentró en las dos últimas, que albergan despachos de altos directivos, una caja fuerte, salas de reuniones y de visitas. Se revisaron muebles, elementos ornamentales, teléfonos y la instalación eléctrica. Su trabajo destapó en la planta sexta la existencia de un micrófono, de gran alcance y complejidad. El ingenio estaba oculto por un falso techo y conectado por un cable de unos 40 metros a una grabadora digital, disimulada en los anaqueles de un almacén anexo a un despacho. La grabadora y sus cintas no se han hallado. Los hechos han sido comunicados a la DGS. Los Mossos, que investigan las ramificaciones del caso Millet, reconocieron ayer que aún no han sido informados oficialmente.

Aunque la Administración ha insistido en que nada debe inquietar a los 380.000 mutualistas de la aseguradora, este hallazgo ha atizado más si cabe las suspicacias contra sus anteriores gestores. El micrófono llevaba instalado desde hace al menos un año. Se trata de un aparato fabricado en un país del Este, que difícilmente se puede comprar por internet o en tiendas que han proliferado últimamente, del tipo la boutique de James Bond.

Varias personas tenían libre acceso al lugar donde se escondía la grabadora. Al ponerla en marcha, se activaba el micrófono. La grabación podía durar horas, eliminar ruidos ambientales y captar conversaciones con gran calidad. El micrófono estaba sobre la sala de visitas, pero sus escuchas podían alcanzar otras dependencias. Su instalación exigió un trabajo minucioso. Quien o quienes adoptaron tantas precauciones pudieron colocar otros artilugios y retirarlos con más facilidad.

Hay modelos que ni siquiera precisan cableado y que emiten por radiofrecuencias. La Agrupació Mútua, que descarta otras irregularidades de igual o más gravedad, como pinchazos telefónicos, al menos en la actualidad, no ha hallado indicio alguno de estos dispositivos. De hecho, de no ser por un cable de 40 metros y un micrófono olvidado, los temores de sus actuales gestores no se hubieran confirmado. Queda, no obstante, el más difícil todavía. Averiguar para qué servía todo esto en una aseguradora.

Fuente lavanguardia.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Enlaces en la red